martes, 26 de agosto de 2008

LOS NIÑOS


El amor puro y hermoso. No podemos olvidar nunca ver el mundo a través de los ojos de un niño.
Cuando veo dientes de león, veo hierba dañina invadiendo mi patio.(Mis hijos ven flores para la madre y soplan la pelusa blanca pensando en un deseo.)
Cuando veo un mendigo que me sonríe, veo a una persona sucia que probablemente quiere que le de dinero y eso me pone molesto.(Mis hijos ven a alguien que les sonríe y ellos responden con otra sonrisa.)
Cuando oigo una música, me gusta. Pero no sé cantar y no tengo ritmo; entonces me siento y escucho.( Mis hijos sienten el ritmo y bailan, cantan y si no saben la letra crean la suya propia.)
Cuando siento un fuerte viento en mi rostro, me esfuerzo contra él. Lo siento despeinándome y empujándome para atrás cuando voy caminando.(Mis hijos cierran sus ojos y abren sus brazos y vuelan con él, hasta que se caen y ríen en el suelo.)
Cuando rezo, digo tú y nosotros, y concédeme esto y dame aquello.(Mis hijos dicen, ¡Hola Dios!, te doy las gracias por mis juguetes y mis amigos. Por favor, mantiene lejos los malos sueños hoy por la noche. Yo todavía no quiero ir al cielo, porque extrañaría a mis padres)
Cuando veo un charco de lodo lo eludo porque en él veo zapatos enlodados y tapetes sucios.(Mis hijos se sientan en él. Ven represas para construir, ríos para cruzar y bichos para jugar.)
Yo solo quisiera saber si los hijos nos fueron dados para enseñarles o para aprender de ellos…
Es recomendable apreciar las pequeñas cosas de la vida, porque un día podría mirar para atrás y descubrir que eran cosas grandes.

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